Archivos Mensuales: May 2012

Juzgar el libro por su portada: El diseño de la cubierta en la edición independiente

por Eduardo Farías A.*

Stand de Editorial Moda y Pueblo en Furia del Libro 2011

La Furia del Libro 2011, desarrollada en el GAM.

Cuando se habla de edición independiente se subentiende que se agrupan diversas áreas o temáticas editoriales: la literatura infanto-juvenil, la dramaturgia, la narrativa, la poesía y la no-ficción. Entonces, si la edición independiente implica una multiplicidad de publicaciones, tanto en su forma como en su temática, el corpus de análisis para un artículo es, sin duda, inabarcable. Para no pecar metodológicamente he acotado el mencionado corpus a editoriales que publiquen poesía (1) en el formato libro o plaquette.

Me propongo analizar dos lógicas de diseño utilizadas en las cubiertas en la edición independiente contemporánea, principalmente por editoriales de Santiago. Pero, antes de cumplir con dicho objetivo, hay que abordar algunas características de la edición independiente y plantear otra perspectiva crítica en el debate -hasta ahora poco presente en medios escritos- sobre lo que define el trabajo en la edición independiente.

En un texto escrito para el encuentro de editores independientes Purapalabra, realizado en Isla Negra en Julio del 2011, Jaime Pinos reflexiona sobre este fenómeno. Pinos señala que el contexto en que se encuentra inmersa la edición independiente se caracteriza por el predominio del mercado por parte de la ‘edición comercial’, para la cual el libro sería un producto que se ofrece como cualquier otro. La edición comercial, ligada a grandes grupos transnacionales, poseería una visión empresarial de la publicación: su objetivo sería obtener ganancias, como lo hace cualquier empresa a través de la oferta de sus productos o servicios en el mercado.

Por el contrario, para Jaime Pinos la edición independiente sería una política en sí misma, pues “frente al oscuro panorama ante nosotros, la emergencia de un movimiento vital y diverso de edición independiente ha sido una contestación concreta al actual orden de cosas.” (2) De tal manera, la dimensión política de la edición independiente no se encontraría sólo en lo que se publica, sino en su existencia misma, que se caracteriza por una manera de trabajo, conocida como doityourself, por la autonomía respecto del mercado y de la necesidad de rentabilización. Para Jaime Pinos, la edición independiente “publica lo que quiere, contra viento y marea. Muchas veces, contra el dinero y el poder. […] Sin embargo, creo que es justamente en esa voluntad y en esa convicción donde radica su fuerza y relevancia.” (3)

Por último, Pinos plantea que la edición independiente debería evolucionar como un territorio comunitario y democrático donde el diálogo y la colaboración atenten contra la lógica del mercado y la competencia. En general, concuerdo con Pinos en que la edición independiente se construye como un espacio comunitario caracterizado por el diálogo y la colaboración. Pero creo que no se puede desconocer la competencia que implica la edición y publicación de un libro, competencia que no existe solamente por la presencia del mercado. Desde mi perspectiva, el lector, ese sujeto que discrimina entre muchos libros eligiendo uno o algunos, determina la existencia de la competencia en el sector editorial, sea comercial o independiente. La labor del editor no consiste sólo en el mero acto de editar y publicar un libro, también es una de sus funciones primordiales trabajar para que el libro encuentre a sus lectores. Sólo así se cierra el circuito comunicativo que el libro plantea. Tal es la legítima aspiración del editor.

A raíz de esta competencia, el diseño cumple ciertas funciones en la edición, sobre todo en el aspecto de la cubierta. Se la diseña para atraer la mirada y la atención del lector, ya que es lo primero que éste ve. En la edición comercial, la cubierta es la primera estrategia de venta, el primer enganche para que un lector prefiera un libro y no otro. Por ende, el editor busca siempre un diseño atrayente, seductor en su complejidad o en su simplicidad. Y existen dos lógicas para su diseño.

La primera lógica establece que cada libro necesita ‘su’ cubierta. Esta busca evidenciar la particularidad del libro. Así, refleja como un espejo lo que diferencia al libro del resto. La cubierta como la expresión de la singularidad es el concepto motriz. En adelante, le llamaré “diseño individual”.

La segunda lógica indica que se diseña la cubierta para dar cuenta de la pertenencia de un libro a una colección, a un catálogo y, en definitiva, a una editorial. Así, la identidad editorial se construye a partir de la reiteración de ciertos patrones en la cubierta de cada libro. Uno de los casos más (re)conocidos a nivel mundial es Anagrama, editorial que utiliza esta lógica como una estrategia de posicionamiento y de venta. En adelante, “diseño identitario”

Sin duda, los editores oscilan entre estas dos lógicas de diseño y algunos buscan lograr una mixtura entre estos polos. La edición independiente en Chile no está ajena a estas lógicas.

Lanzallamas Libros

En algunas editoriales independientes se aprecia que en sus cubiertas no existe una preocupación evidente por la manifestación visual de una identidad. Me refiero a los libros y plaquettes ―o fanzines como ellos los denominan― publicadas por Lanzallamas Libros, pues dan cuenta de un catálogo de publicaciones en que sus cubiertas están construidas de manera aislada. Así, el diseño de cada cubierta satisface las necesidades de cada libro. Almanaque (2010) de Jaime Pinos, Siberia (2007) de Roberto Contreras, y en los fanzines Polaroid (2009) de Raúl Hernández, EmpleoMínimo(2009) de Roberto Contreras, y Oye,Bicentenario (2010) de José Ángel Cuevas son algunos títulos que muestran las diferencias de diseño entre cada una de estas cubiertas. Lanzallamas Libros explicita esta decisión, pues consideran a sus publicaciones como libros de autor que se construyen a partir de un trabajo dual entre el escritor y el diseñador. Según esto, el uso de la primera lógica, desde mi perspectiva, da cuenta visualmente de la identidad de cada libro y plaquette. No se utilizaría esta lógica como una estrategia de venta, o de marketing.

Piedra de Sol Ediciones

En el caso de Piedrade Sol Ediciones se aprecia a simple vista una estructura de cubierta muy definida en su colección de poesía. Por ejemplo, en Voca (2011) de Simón Villalobos, Nadatienequeverelamorconelamor (2011) de Verónica Jiménez o Lasedadesdellaberinto (2011) de César Cabello, el diseño sólo varía en la ilustración utilizada y el color de fondo para cada libro. Esta estructura construye la identidad editorial de Piedrade Sol Ediciones. Como consecuencia, el lector no puede advertir la diferencia entre cada poemario, pues ni la ilustración ni el color de fondo lo ayudan a percibir lo singular de cada uno.

J. C. Sáez Editor

J.C.Sáez Editor diseña la cubierta de su colección de poesía utilizando una estructura definida, donde la proporción 1:3 entre el blanco y el negro -en la parte superior e inferior, respectivamente- es una constante que se repite en cada libro. Nuevamente lo que varía es la imagen utilizada, y el resto de los elementos se mantiene.

Es importante señalar que en la colección de poesía de J.C.Sáezeditor se pueden observar pequeñas diferencias que permiten dar cuenta de una evolución en la estructura, lo cual no afecta, en este caso, la identidad de su colección. Si observamos los libros que ha publicado de Germán Carrasco ―Lainsidiadelsolsobrelascosas (1998), Calas (2001) y Clavados (2003)―, notaremos que en ninguno de ellos el nombre del autor aparece subrayado, a diferencia de lo que ocurre en Bicha (2008) de Federico Eisner, en Totémesis (2009) y en Enteógena (2011) de Sergio Alfsen Romussi. A partir de este hecho, se evidencia que la estructura puede sufrir cambios que no afecten o destruyan la identidad que ha sido construida. A diferencia de PiedradeSolEdiciones, la elección de la ilustración, en algunas casos, ayuda al lector a prever el contenido del poemario.

Ediciones Cuadro de Tiza

El tercer caso es EdicionesCuadrodeTiza y sus plaquettes (4). El diseño de sus cubiertas se define por la utilización de un modelo clásico y por la sobriedad y simplicidad que exhiben. El modelo clásico utilizado estructura la cubierta de la siguiente manera: el título en la parte superior de la cubierta, la imagen en la parte intermedia, y en la parte inferior, el nombre del autor. Este modelo se deja de lado, hasta el momento, en una sola plaquette: Lenta (2010) de Alexia Caratazos.

Desde mi punto de vista, sus cubiertas son, en apariencia, simples, y en su simpleza alcanzan la sobriedad. La simplicidad se debe al modelo utilizado, y porque no existe el uso de adornos innecesarios. Así, EdicionesCuadrodeTiza ha construido su identidad. Por otra parte, la cubierta diseñada de manera simple no evidencia una falta de cuidado en la edición, pues el oficio se evidencia en la búsqueda de la imagen, que acompaña al título y al nombre del autor, pues en todos los casos corresponde a la obra visual de algún artista. Por ejemplo, en Rayadosenelmuro (2011) de Damaris Calderón, utilizaron una obra visual de la misma Damaris, o en Lafaena (2011) de Diana Bellessi, utilizaron una obra de Daniela Montecinos. Lo mismo sucede en Poemasobremisderechos (2010) de June Jordan, en Relampaguea (2010) de Silvia Guiard, etc. La búsqueda y la elección de una obra visual implica el trabajo sobre la cubierta. Nada en ella es azaroso.

Editorial Fuga!

Por otra parte, existen editoriales cuyos diseños de cubiertas fluctúan entre las dos lógicas mencionadas. Si se observa el catálogo de EditorialFuga! se puede advertir que en algunos títulos el diseño de la cubierta mantiene ciertas características. Por ejemplo, el uso de figuras geométricas, lo que sucede en AguasdeTeAroha (2011) de Enrique Bacci y Elyocactus de Alejandra del Río. Sin embargo, en otros libros de su catálogo el diseño de la cubierta circula inexplicablemente hacia otros modelos, sin coherencia ni conexión evidentes con los ya mencionados. Por ejemplo, en Despoblados (2010) de Carlos Henrickson se utiliza una cubierta tipográfica, dejándose de lado el uso de la imagen en pos del uso de la tipografía. Además de esto, han utilizado también un modelo que se caracteriza por el uso de la fotografía; por ejemplo, en Trenes(2010) de Felipe Ruiz y en Éxito (2010) de Enrique Morales. De esta manera, a pesar de que EditorialFuga! utiliza diversos modelos en el diseño de sus cubiertas, y aunque es posible encontrar algunas continuidades en su catálogo, éstas no alcanzan a construir ni a evidenciar una identidad editorial clara y definida en sus cubiertas.

Libros la Calabaza del Diablo

Otro caso interesante de analizar esLibroslaCalabazadelDiablo, pues en el diseño de sus cubiertas existe la búsqueda de un estilo, de una identidad editorial que no fue siempre totalmente explícita. Además, en su recorrido editorial y en la gama de diseños de cubierta que ha producido, podemos encontrar tanto aciertos como desaciertos: Elfinaldelafiesta (2005) de Pablo Paredes o Criminal (2005) de Jaime Pinos pueden considerarse como desaciertos si los comparamos, por ejemplo, con el diseño de cubierta de Últimopaseo (2008) de Javier García. Sin embargo, desde el año 2011 la colección de poesía de esta editorial ha encontrado un diseño de cubierta maduro y que muestra una identidad ya más desarrollada en los libros Worksongs (2011) de Patti Smith y Amarillocrepúsculo (2012) de Andrés Anwandter.

Editorial Cuneta

En la colección Ouróboros de EditorialCuneta, el elemento común en la mayoría de sus cubiertas es el uso del collage. Sucede, por ejemplo, en Albricia (2010) de Soledad Fariña, en Adiósmuchedumbres (2010) de José Angel Cuevas, y en Elhuesodelamemoria (2011) de Verónica Zondek. Sin embargo, en Elsermóndelamontaña (2011) de Raúl Zurita, el collage se deja de lado sin motivo aparente, y tanto el título del poema como el nombre del autor se insertan sobre una imagen. El uso del collage evidencia la continuidad en el diseño y sustenta la identidad de la colección Ouróboros, aunque interrumpida en el caso del poema de Zurita. En su otra colección de poesía ―“Menos es más”― sucede lo contrario: en cada cubierta no existen indicios de una identidad clara. Cada una de ellas ha sido diseñada según las necesidades de cada libro. Se utiliza, por ende, la primera lógica de diseño. Como vemos, en EditorialCuneta es posible encontrar las dos lógicas de diseño funcionando en colecciones distintas.

Ediciones Corriente Alterna

Competir con la calidad en el diseño de las cubiertas de Ediciones Corriente Alterna es todo un desafío. Libros como Camposdeciudad (2012) de Marcela Saldaño, Nochedebrujasyotroshechosdesangre (2012) de Thomas Harris, EncuentrosOníricos (2012) de Ludwig Zeller y Ensayosobrelamancha (2012) de Germán Carrasco, dan cuenta de un minucioso trabajo en el diseño de la cubierta. Sin duda, los libros de esta editorial atraen al lector por su belleza, pero también dan cuenta de una identidad que se advierte en el uso de la escala cromática de un color específico, ilustraciones y tipografía. Además, las cubiertas de esos libros dan cuenta no sólo de un trabajo con el color y la imagen, sino también con la textura táctil del objeto libro, la materialidad del mismo, dimensión que se advierte tanto en el uso de papeles de distintos colores y gramajes, como de relieves y colores especiales (5). De tal manera, EdicionesCorrienteAlterna construye sus libros como verdaderos objetos artísticos donde la materialidad es tan importante como el contenido que encierran en su interior.

En conclusión: los casos que he analizado nos permiten comprender que el diseño de la cubierta y del libro no son factores dejados al azar por el editor y su diseñador. Ya sea que opten por la complejidad o por la simplicidad en el diseño de la cubierta, éste debe ser producto de una decisión editorial, y esa decisión, por otra parte, puede fluctuar entre la búsqueda de una cubierta que se erija por sobre las demás para captar la atención del potencial lector o de una cubierta que muestre ―y demuestre― la identidad que el editor desea evidenciar. Además, se aprecia que en la utilización de estas dos lógicas de diseño prevalece la segunda, el “diseño indentitario”, por sobre la primera, el “diseño individual”. Y, en algunos casos, la utilización de la segunda lógica manifiesta la búsqueda de una identidad visual.

Por otro lado, quedan preguntas por resolver sobre el diseño de la cubierta en la edición independiente. Por ejemplo: ¿se utiliza la cubierta como una estrategia de venta?, o ¿qué lógica su utilizará más? En este momento, lo que se diga queda en el campo de la discusión. Desde mi perspectiva, la edición independiente de poesía ocupará, en gran medida, el “diseño identitario”, porque ante la competencia en la edición independiente será necesario que cada editorial se diferencie del resto. Sin embargo, reconozco que la utilización de estas dos lógicas depende de la situación histórica de la editorial: si el editor ha planificado una colección, es probable que utilice “el diseño identitario”, pero si va construyendo la colección a medida que publica, utilizará el “diseño individual”, pues permite la mutabilidad que deviene de una colección que se construye paso a paso y cuyo norte no está definido. Respecto de la primera pregunta, creo que la edición independiente no utiliza la cubierta como una estrategia de venta porque, principalmente, los editores independientes no perciben el trabajo editorial como un negocio del cual se pueda rentabilizar, y al libro lo conciben como un bien cultural. En la edición independiente, la oferta del producto en el mercado y la necesidad de ganancia no determinan la construcción del objeto.

Eduardo Farías Ascencio (Santiago, 1985) es Licenciado en Letras Hispánicas PUC y candidato al grado de Magíster en Edición por la Universidad Diego Portales/Pompeu Fabra. Ha publicado poemas y críticas en diversos medios. Se ha desempeñado también como editor en la Revista Grifo.

NOTAS

(1) Las editoriales independientes de poesía en Chile son muchas y muy diversas, ya que muchas no sólo publican poesía. Por ello, analizar el estilo de cubierta de todos los catálogos es también una tarea muy difícil y lamentablemente, no se puede escribir todo lo que se puede escribir sobre este tema en pocas páginas. Este artículo, para no cansar al lector, se construye como una fotografía comentada que evidencia la multiplicidad que implica la edición independiente. Por aquellas razones, existe una (s)elección de editoriales, y por ende, de algunas editoriales no hablaré. Sin embargo, existirán otras oportunidades para hablar, por ejemplo, acerca de los catálogos de EdicionesTácitas, LomEdiciones, EditorialCuartoPropio y EdicionesdelTemple, acerca de LibrosdelPerroNegro, EdicionesInubicalistas, DasKapitalEdiciones, LaPicadoradePapel, AlquimiaEdiciones, CaminodelCiegoEdiciones, etc.

(2) Pinos, Jaime. Purapalabra. En http://letras.s5.com/jp050811.html

(3) Óp. Cit.

(4) En el análisis de EdicionesCuadrodeTiza no se incluye la coedición con EdicionesVOXen las plaquettes Copiaoculta (2011) de Sebastián Herrera Gajardo y Pedernal (2011) de Natalia Rojas, pues, si no me equivoco, el diseño editorial estuvo a cargo de EdicionesVOX. Por ende, las cubiertas no son, exclusivamente, cubiertas de CuadrodeTiza. Más aún, en las cubiertas de estas plaquettes aparecen los logotipos editoriales y, justamente, EdicionesCuadrodeTiza no ha exhibido, hasta el momento, su logo editorial en la cubierta en ninguna de sus plaquettes.

(5) En imprenta, los colores especiales son todos aquellos que no se pueden lograr con la cuatricromía de cian, magenta, amarillo y negro. Se preparan a solicitud del cliente e implican un aumento en el costo de impresión.

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Juzgar el libro por su portada: el diseño de la cubierta en la edición independiente por Eduardo Farías Ascencio se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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Poesía fuera del tiempo: Campos de ciudad, de Marcela Saldaño

por Francisco Martinovich S.*

Antes de sumergirse en la escritura que compone Campos de ciudad (Ediciones Corriente Alterna, 2012) de Marcela Saldaño, llamarán la atención del lector muchos elementos que rodean la escritura de este libro, seduciendo al ojo y abriendo el interés del lector por lo que a primera vista se muestra como una finísima producción visual. El pálido y profundo verde de las ilustraciones de Santiago Caruso llama la atención de hasta el más desprevenido usuario del transporte público que ve con extrañeza a algún mortal que sostiene entre sus manos un ejemplar de este libro. Simplemente, un trabajo pictórico que abre una inmejorable puerta a la escritura que conforma este poemario.

Otro elemento importantísimo que aparece previo a la lectura, es el texto incluido en la solapa del libro, en donde se contrastan el abultado recorrido y trabajo literario de la autora, con el hito editorial que representa este trabajo: el primer libro de Marcela Saldaño se ofrece al público luego de permanecer oculto por diez años. Esta particularidad no solo es una valorable iniciativa de la autora y la casa editorial, sino que impone al agudo lector un desafío no menor: enfrentarse de golpe al origen desnudo de una poesía que el tiempo habrá sabido depurar, a las raíces vivas de una escritura expuestas al sol luego de una década de ocultamiento.

Al recorrer las páginas de este libro, sorprende la soltura con la que se desenvuelven las palabras fuera del tiempo. La vertiginosa prosa que inaugura la obra marca el ritmo que acompañará al lector a través de las dos secciones (“Sobreasaltos” y “Campos de cuidado”) en que se divide esta obra. La voz potente y expresiva que mueve la palabra en los poemas de Marcela Saldaño, parece en muchos casos llenar de imágenes de distinta naturaleza cada poema, predicando una visión panorámica de las posibilidades escriturales del texto, copando cada página de versos robustos, cargados de imágenes y construcciones complejas, pero expresadas a través de una palabra que por momentos se muestra en una inquietante fragilidad: “He jugado tantas veces a la iniciación que me corrompe/ y acierta en el punto fijo de mis ojos ajenos a raíces hipnóticas” (p.18).

Existe una voz, claro, pero esta misma reconoce la incertidumbre de su existencia en el horizonte textual, en que convergen certezas y negaciones. Campos de ciudad, así como el ejercicio de contrastes que articula su título, propone y destruye, haciendo de cada poema un universo de significados cerrados que, sin embargo, no pierden la capacidad de dialogar entre sí: “Recorro campos sesgados/ copas revueltas en el eje del cabello cuando sangra/ y mantengo el alma escondida de esta llama que se inclina a la locura/ a este brazo cortado/ y vivo para siempre” (p.30). Este contraste es la pulsión de vida que mueve a esta escritura, una permanente inquietud que, traspasada al lector, hace de esta obra una lectura compleja, que merece ser ejecutada detenidamente, que no da espacio a distracciones momentáneas, por lo menos en un primer acercamiento.

En “Campos de cuidado” -segunda sección de este libro y poema compuesto por nueve fragmentos- se distiende el concepto central que unifica la propuesta temática de Marcela Saldaño: la articulación de un espacio de confluencias y de desencuentros sumergido (como el objeto concreto que es este libro) fuera del tiempo, en una dimensión indeterminada donde mucho sobra y mucho falta: “hay algo que se vuelve urgente/ y no son los asuntos del mundo/ lo que arroja mi mundo a otro aparte/ son semanas impías y calladas/ un vacío cerca de la carne y el pecado/ es un sol al caer la circunferencia/ inscrita en los callejones/ y en el tiempo/ indeterminado” (p.59).

Serán los campos de ciudad esos espacios del encuentro que repercuten en un vacío doloroso, en una carencia que transmite una nostalgia, más en el temple que en las mismas palabras: “tantas hojas/ tantas rosas en un jardín de rosas/ vestidos de metal para cruzar el aire/ la vorágine de los autobuses/ las hojas/ vivir dentro de la ausencia” (p.55).

Un punto lamentable (y que, siendo sinceros, puede considerarse una nimiedad dentro del acierto general que es la publicación de Campos de ciudad) es el cierre de este libro, donde se presenta el índice en un papel distinto al ahuesado sobre el cual se ha impreso la totalidad del poemario. Este detalle, además de jugarle en contra a la belleza del objeto, podría molestar un poco al lector más quisquilloso y quitar el sueño al más neurótico.

Fuera de esto, la publicación de Campos de ciudad  hace justicia al inmerecido silencio que rodeó a este libro por toda una década, y cumple con una merecida difusión tanto al vuelo de la escritura de Marcela Saldaño, como al simple pero ambicioso objetivo que Corriente Alterna pretende llevar a cabo: quebrar la inmovilidad del tiempo.

Marcela Saldaño

Campos de ciudad

Ediciones Corriente Alterna, 2012.

 *Francisco Martinovich Salas. Es Licenciado en Letras Hispánicas y Certificado Académico en Estética de la cultura en América Latina de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente concluye sus estudios de Magíster en Literatura en la Universidad de Chile. Ha publicado su obra poética de manera dispersa a la espera de la edición de Sospecha de nada, su primer poemario. Desde 2006 ha participado activamente como invitado y organizador en múltiples ciclos, recitales y encuentros literarios.

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Poesía fuera del tiempo: Campos de ciudad de Marcela Saldaño por Francisco Martinovich Salas se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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